El descaradamente llamado "Jefe", Diego Fernández de Cevallos decidió que en su "ranchito" queretano, una ex hacienda llamada "La Barranca" con 15 no 1, 15 caballerizas y una casita no con 2 o 3 habitaciones, sino 50, si CINCUENTA, le hacía falta algo, un no sé que...
Pues ese faltante era un bosque y decidió que fuese de nogales. Así que una empresa llamada Vivero Siempre Verde transplantó una decena de árboles de una huerta de Guanajuato hasta Querétaro.
Teobaldo Santos, uno de los dueños de la huerta, dice que la empresa le entregó mil pesos por dejarlos trabajar en su terreno y “por algunos árboles de durazno”, pero los vehículos pesados terminaron por destruir su milpa, su calabaza y alfalfa, además de birlarle los nogales. Esa es la forma en que un abogado, ex diputado, ex senador de la república emplea sus conocimientos y poder. Un mil pesos para los huertistas, destrucción de sus sembradíos y movimiento delictivo de árboles vivos pues al decir de Diana Karina Hernández, secretaria del ayuntamiento de Apaseo el Alto, Gto, dice que “es un hecho ilegal porque no hay permisos federales, estatales o municipales”.
Es doloroso ver que la ley es para los de abajo, los de arriba pues están demasiado arriba y ahí no existe la vergüenza tan solo la satisfacción personal.
Que feo ser así.
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